martes, 5 de julio de 2011

Phillip


Hace muchos años ya, yo vivía en Chiclayo, específicamente en la urbanización Latina, cerca del parque principal al frente de la municipalidad -donde una vez caí y me rompí el brazo izquierdo-. Mamá trabajaba en Epsel, que es como Sedapal en Lima.

Una vez su jefe, el señor Correa, me regaló un cachorrito al cual llamé Wisbone (no sé si yo le puse el nombre, la verdad no creo). Pero tengo recuerdos nublosos de Wisbone, pero lo poco que recuerdo yo –y sin ayuda de mamá- es que lloré cuando se lo llevaron al campo, ni seis meses lo tuve creo. Todo por la culpa del inhumano médico que le dijo a mamá que tenía alergia a no sé qué chucha (polvo creo).

Por suerte ahora tengo a Phillip, un cachorro de 4 meses que ayer tenía diarrea (disque por mi culpa). Mal padre, me dijo mamá ayer. La historia de Phillip empezó antes de tenerlo, supuestamente este cachorrito el resultado de la orgía entre Pekinés, Chitsúmadre y Cocker, o sea, más chusco que la… Luego se dijo que era Pekinés puro (Wisbone era pekinés con chusquito L), pero mamá desmintió esto desde que vio las fotos del cachorrito por Facebook (es cierto, mamá es Mamá 2.0) y obviamente Phillip no tenía nadita de Pekinés, pero en fin, ese día llegué en la noche “de la universidad” y Mariafé me dijo que el perro era un San Bernardo, conclusión a la que llegaron ya que Phillip tiene patas blancas.

Domingo 15 de mayo. Mami Cati llegó trayendo al perro. No había dormido toda la noche. Phillip no la dejó. Desde que lo vimos supimos que no era Pekinés, y ¿San Bernardo? ¿No es gracioso? De Pekinés a San Bernardo.

Era hora de cena. Mamá miró al perro que nos miraba para que le tirásemos comida. Parece un Collie, dijo. ¿Qués sa webaa? El de Lassie. Ah ya.

Si hablamos de pelaje, el de Phillip es igual a un Collie, pero hay una diferencia –o varias- el hocico de Phillip no es muy largo como el de los Collies cachorros. Pero lo cierto es que Phillip ha crecido demasiado desde que llegó y que no le gusta la comida de perros.

Sea cual sea la raza de Phillip, nos trajo muchísima felicidad, y muchísimas heces y pichis al principio. Phillip se ha convertido en el más buscado por las señoras ya viejitas que ven un chisito quemado en su jardín, también es el consentido de la residencial, todos los niños se les acerca. ¡Mira el cachorrito! ¡Qué lindo!
¿Qué raza es?, me preguntó una señora… No sé.

Gracias a Phillip ahora se de la existencia de muchos perros de la residencial que antes ni siquiera sabía que existían, ni siquiera sabía que habían perros en la residencial. Hace poco mi Mariafé me dijo que a Phillip se gusta la Poodle vecina.

Phillip llenó el vació que me dejó Wisbone hace tiempo. L

Seas de la raza que seas, te queremos Phillip, aunque nunca leerás esto, pero tú sí.

3.24
5/7

domingo, 3 de julio de 2011

Comenzando el trazo

Hace casi un minuto estuve sentado en mi escritorio con esa pequeña laptop y pude comprobar que mis vecinos ya saben ponerle contraseña a sus redes inalámbricas. Tras inútiles intentos, estoy aquí sentado en mi cama. Una de mis almohadas está aplastada entre la fría pared y mi espalda.

Por suerte, la contraseña de la red de la Sra. Liz está grabada en esta miniatura, más suerte que esa red tiene cobertura en mi cama y no me tengo que estar yendo al incómodo mueble, donde solía coger esta red cuando mamá decidía que era hora de dormir.
La señal es débil y se fue, lo que apenas me dio tiempo de cargar nuevamente la letra de la canción que estoy escuchando. Luego se volvió a ir, pero acaba de regresar,… al igual que yo.

Hace poco más de un año, cuando aun no podía comprar un par de chilindrinas bien helenas o un par de puchitos –en realidad sí podía a quién engaño-, emprendí una locura llamada Yo Ángel. Sin presumir, a muchos les gustó lo que alguna vez escribí, y me lo decían. Lo que para mí representaba un ligero éxito, y me daba ganas de continuar escribiendo. Llegó el mes de diciembre y lo dejé y creé otro, sin mucho o nada de éxito.

“Sólo tienes que tomar la decisión de hacerlo”

Quizá no sea la frase exacta, pero es la idea que me dio mamá sobre las cosas que quiero hacer (esta es una de ellas) y no decido hacerlas. Recuerdo que en esa conversación le conté mi decisión de cambiar de carrera, pues luego de pensarlo mucho lo decidí. Admiro los intentos de algunos amigos a cambiarme de opinión y agradezco que hayan respetado mi decisión.

La semana del Redbull

Exámenes finales. Estudias o mueres. Los míos terminan este jueves. La verdad no tomo Redbull. Justamente hace días me mandaron un correo (las típicas cadenas que uno odia) sobre lo dañino que puede ser o no esta bebida, pero fuera de que sea cierto o no, sólo lo usaría en ocasiones donde la amanecida es inevitable, aunque debo confesar que nunca he tomado Redbull. También funciona el chocolate –el triangulo de D’Onofrio es buenísimo-, o un cafecito.

Los dieciocho

Cumplí un año más de vida para tristeza de muchos y alegría de pocos. La verdad no quería cumplir dieciocho, pero ha pasado algunas semanas y el ahora poder ser condenado a prisión por algún disque delito tiene sus ventajas, y no vasher

Mr. President

Lo dije después de la primera vuelta: “Humala ganará las elecciones”. No pretendo ser un Dos Santos o cualquier “profeta”, pero yo lo veía así. El “No al Fujimorismo” le ganó al Keiko. Hay dos cosas ciertas: primero, Keiko NO es Alberto y segundo, la gente de Keiko es la misma que la de Alberto.

Esperemos que Humala no nos decepcione y que este 28 marque un cambio positivo en el país, así es la bendita democracia.

Palabras finales

Debo decir que ha sido genial volver a escribir y me gusta, en fin, aquí empieza la aventura…

Gracias.

PD. Si tienes algún comentario lo puedes dejar abajo, sea el que sea, siempre y cuando: uno, sea con respeto y prudente, dos, esté bien escrito. 

3.13 
3/07